Te amo porque me regalaste la música en un tiempo oscuro.
Temblaban las estrellas en el marco de la noche.
Se desbarataban los sueños bajo el puente.
Me despeñaba herida en un océano negro desconocido.
Me llenaste el rincón inerte de hermosas melodías.
La cabeza dejó de dar vueltas desesperadas en una rotonda que nunca acababa.
Te abrí mi corazón de par en par, lo asomé a tu ventana, me regalaste tu mirada hermosa como el mar.
Besaste mi cicatriz, la sembraste de flores, apaciguaste el dolor de mis heridas.
Me regalaste la vida, la calma, la ilusión, la esperanza.
Descansas cada día en mis entrañas, eres mi sol de mediodía.
Por ahora y por siempre, amo.
M Yolanda García Ares- Donde crecen los cerezos.