martes, 26 de agosto de 2014

Cuadros que hablan con color





Me mojo las manos en el añil, 
Deposito mis dedos como abanicos girando sobre un lienzo de ilusiones apagadas
Mar inmóvil, río estático

Mojo mis manos en el siena tostada,
dispongo sobre una forma infinita de piel ,
tierra mojada, 
curvas pinceladas.

Mojo mis manos en el bermellón,
beso de labios húmedos, que se pierden  en la madrugada.
Rojo, sangre derramada, seca, cuajada sin causa

Mojo mis manos en el amarillo brillante,
diseño un sol radiante de luz que estalla detrás de un cristal sin brillo
Ámbar sin cucaracha milenaria,
 ocre de un jardín de flores muertas

Mojo mis manos en el magenta,
pinto mágicas apariencias de féminas acompasadas
Morado, dolor sin lágrimas

Mojo mis manos en el verde esperanza,
pincel en mano que no habla,
 dispongo mensajes de luz sobre un lienzo en blanco.

Lienzo que marca el camino de palabras no habladas,
de sentimientos no escritos,
de versos no emitidos.
Pinto con color lo que no se decir con palabras.

domingo, 17 de agosto de 2014

Gata enredada


La gata empezó mirando con cara curiosa al esférico y atrayente ovillo. Decidida, se abalanzó sobre la inmóvil presa, jugueteó con el cabo suelto haciendo provocadores remolinos en el aire. Las patas atroces, inciertas, torpes sacaban de cada vez a puro manotazo más y más hilo de la madeja. Juguetona, despreocupada, enredada en su propia locura, intenta torpe liberar una pata, se le enreda el rabo y sus dos orejas se han perdido tras gruesos nudos de vigorosa y blanca lana. Se sacude la cara, no hace más que enredar de nuevo. La lana lucha por zafarse. Monta algarabía de nudos y contra nudos al mejor de los estilos marineros. Lamenta el físico encuentro. La gata enredada va hacia adelante, hacía detrás ¿recuerdas? No valora el presente. Se siente incomprendida. Maúlla a la desesperada. No la oye nadie. Se acurruca agotada en el suelo, sola, enredada. Maúlla lastimera. Le sujeta el hocico una condena de lana y tramoya inventada.