Hoy es día de lágrimas y lluvia.
La lluvia golpea con su "toc-toc" las puertas de la razón,
pero no hay razón a la que pueda vencer la lluvia,
ni el agua, ni las olas.
Huele el aire a galerna y a pesadumbre,
huele a ocultismo y a disimulo,
huele la noche a alarma callada,
a campanas de muerte, reiteradas, cadenciosas.
La lluvia cae sentenciosa,
muestra su retórica interminable.
La lluvia que oculta tras su velo húmedo golpes de impotencia a la razón
La razón huye de la lluvia, lluvia ingobernable, informe.
La lluvia se arremolina jugando con el viento,
ignora al consejo de la conciencia.
Cae la lluvia, se derrama sobre el suelo blando , resbaladizo.
Llora la razón tras los cristales, busca un rincón donde esconderse.
Huele el aire a lágrimas y a lluvia.
Huele la noche a galerna, a desamparo.
Ignora la lluvia a la razón.