Hoy no escribo poesía.
No quiero versos en mi sopa,
no quiero letras perdidas en mi bolsa.
No quiero que una rima se me agarre a la desesperada
No quiero un soneto acosándome desde la esquina
Hoy no escribo poesía, ¡que no!
No dejo que entre en mi sueño una nube de alegorías
No consiento que me perfore una metáfora a mediodía
Hoy no quiero...
ni una elipsis en la siesta,
ni una reticencia en medio de una fiesta
No vestiré un asindetón, ni un sin, ni un detón, ni un polisindetón
para ello no me remitiré a una vulgar repetición
que no, que no
Y no usaré para beber tu anáfora
No escribiré más versos, ¿versos?¿ hoy?, ¡si que no!
No se me escapará una anadiplosis en la madrugada
Versos traviesos que me llaman a versos en una onomatopeya frustrada.
Me niego a explayarme con una rima sin sentido,
mi sentido no caerá preso de tu triste diáfora,
no verso porque no me versa el alma,
no me dejaré embaucar por una ironía disimulada
Una epífora zumba en mis oídos
y me niego a una comparación ni a un epíteto vacio, ¡que no! ¡que no!
Hoy no verso porque no me versa el alma
Esta paradoja me concome la lírica
Veo litotes hasta en las cuerdas invisibles que cruzan mi vista
Aunque soy poetisa hoy no escribo poesía,
verso versos, verso rimas, versos verso
Pero hoy no te verso, poesía.