lunes, 8 de septiembre de 2014

Mi fantasma se llama fibromialgia





Hace años te instauraste en mi vida
Mi cuerpo, entonces joven, se negaba a aceptarte
No te conocía, no sabía de lo que eras capaz.
En mi ciega rebeldía, me anquilosaste, 
hasta el punto de no poder sostener a mis hijos pequeños en brazos
No sabía lo que pasaba, el sin fin de síntomas que tenía
volvía loco a los cien médicos que visité
Cada uno daba un diagnóstico distinto
Pero yo me agarraba estúpidamente a la idea de no tomar medicinas
hasta no tener un diagnostico claro
Al final, y después de años
un médico, te dio nombre
Mi mente no entendía que significaba aquello
¿por qué a mi que llevaba una vida sana y normal?
No era capaz de medir en qué cambiarías mi vida
mi ritmo, mis gustos, mis costumbres.
Después de llorarte tanto, logramos llegar a un acuerdo
Tú me dejarías vivir más o menos
a cambio de yo dejar muchas cosas a un lado
como, por ejemplo, dejar de coger a mi hijos en brazos.
Desde entonces la tregua ha funcionado.
Tú me has dolido de vez en cuando
para recordarme que estás ahí
Yo he ido abandonando cosas en la cuneta
para poder sobrevivir.
Sigo sin cebarme a medicinas,
tú no te has ido jamas
Mis hijos han crecido, mi casa ha crecido,
he ido abandonando cosas.
Pero siempre quieres más, 
yo me niego, me revuelvo, te llevo la contraria
Entonces haces lo que hoy
Te presentas por sorpresa,
rompes la dinámicas del juego.
Me rompes la cara por dentro, entre mareos y dolor,
vas inundando cada parte de mi cuerpo.
Rompes como el cristal cada junta de mi esqueleto.
Me inundas a dolores que me comen la moral,
me asustas, me das miedo.
Me llevas a unas urgencias antes un médico atónito
que solo diagnostica salud.
Me mira perplejo, quizás con lástima,
no te nombro ¿para qué?
Hace años que se quién es mi fantasma
Se llama fibromialgía y a veces me da miedo
porque no se medir hasta donde es capaz de llegar. 


2 comentarios:

  1. Querida amiga Yolanda:
    ¡Vaya, nos hemos visto tres o cuatro veces y ya te llamo querida amiga!. Era por cumplir, sabes. Solo por cumplir con una mujer que me dejaba perplejo y amante de sus escritos ante nuestro amigo José Antonio Hernández y el resto de compañeros del Club de Letras. ¡Qué bien escribe esta mujer, qué envidia!, pensaba.
    Hablamos alguna vez en las reuniones y nos "mensajeábamos", algo más, motivado a la Clausura de los encuentros del Club de Letras en San Pablo de Buceite, en el que yo era el coordinador, y hasta ahí ha llegado toda esa breve y casual amistad.
    Pero ahora me doy cuenta de que nos unía algo más Yolanda: nos unían, nos unen "los dolores", por hermanos motivos -fibromialgía tú y artrosis degenerativa yo-, amén de otros intrusismos del sufrimiento.
    No se si tu juegas a los juegos de azar, yo a muy pocos, pero aunque jugáramos más solo nos tocará nada, pues el premio en esta vida ya lo tenemos. Espero que verdaderamente seamos amados como presentimos. Prefiero también los males para mí antes que para mis seres queridos. Y, con todo y con eso, que siga todo como hasta ahora.

    Algo más ha mejorado nuestra amistad, ya que, cuando el cuerpo me duela -y me duele siempre- pensaré algo más en tí.

    Muchas gracias por escribir, al menos yo tendré también tus libros. Saludos a tu marido. Ya sabéis donde tenéis al amigo.
    Por ahora, y sin prisas, solo me podrás leer en la revista Speculum cuando son escogidos mis textos y en la página Buceite.com, con mis aportaciones literarias.
    Con cariño y amistad
    Cristóbal Moreno Romero "El Pipeta"

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querido Cristobal:
      La vida me ha enseñado a sobrellevar estos dolores con la máxima dignidad, si así se puede llamar. He aprendido a no quejarme, y sobre todo a no sentirme victima de ello, pero ahora hay unas campañas para que esta enfermedad se saque del cajón de las enfermedades raras y ahora que se sabe el origen, que el gobierno la reconozco. Es la hora de decir, la fibromialgia existe y yo, a la que no me gusta quejarme ni reconocer mis debilidades, solo tengo un blog. Cuento con usted Cristobal y no solo estaremos unidos en el dolor sino dentro de nada en su pueblo, al que no pude ir, allí compartiremos letras y risas, y nos olvidaremos en buena compañia del dolor. Un abrazo grande!

      Eliminar