La lista de mis libros leídos me hace recordar, que la cultura y el manejo de la palabra solo se ven si escribes. Durante un largo periodo de mi vida, mientras mis amigas compraban chucherías, fruslerías y plata y oro, yo compraba libros que leía mendigándole horas al día y a la noche. Ahora se para qué serviría en un futuro el tesoro que yo guardaba tan celosamente. Mis libros,mis letras, mi tesoro.
domingo, 17 de agosto de 2014
Gata enredada
La gata empezó mirando con cara curiosa al esférico y atrayente ovillo. Decidida, se abalanzó sobre la inmóvil presa, jugueteó con el cabo suelto haciendo provocadores remolinos en el aire. Las patas atroces, inciertas, torpes sacaban de cada vez a puro manotazo más y más hilo de la madeja. Juguetona, despreocupada, enredada en su propia locura, intenta torpe liberar una pata, se le enreda el rabo y sus dos orejas se han perdido tras gruesos nudos de vigorosa y blanca lana. Se sacude la cara, no hace más que enredar de nuevo. La lana lucha por zafarse. Monta algarabía de nudos y contra nudos al mejor de los estilos marineros. Lamenta el físico encuentro. La gata enredada va hacia adelante, hacía detrás ¿recuerdas? No valora el presente. Se siente incomprendida. Maúlla a la desesperada. No la oye nadie. Se acurruca agotada en el suelo, sola, enredada. Maúlla lastimera. Le sujeta el hocico una condena de lana y tramoya inventada.
"Le sujeta el hocico una condena de lana y tramoya inventada."
ResponderEliminarMuchas veces me he sentido como esa gatita de tu relato.
Sin duda, alguna vez nos ha pasado a todos, intentando huir de algo, nos metemos en algo peor. Gracias Lu Folino por tu comentario.
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