Tarde seca de un verano anómalo
tictac de reloj rutinario
En el salón tras la ventana gris
no hay luna que contemplar,
ni sol que pueda calentar.
El mar espejo del infinito compite con el cielo estrellado
Todo el universo conspira
Seca está la flor dorada de la calabaza
No se hidratan los cuerpo esféricos
de las diminutas, verdes naranjas
El níspero mustio bosteza
Áloes sedientos claman de puntillas al cielo
Todo el universo conspira
No hay luna que contemplar tras el cristal gris,
ni el sol da calor tras la ventana.
Tarde seca de un verano anómalo
tictac de un reloj desafinado
No hay estrella rutilante en el ocaso
Ni barco a la deriva que poder rescatar.
El mar, calma desesperante hasta para un muerto.
Astrolabio equivocado de lugar
Ancla herrumbrosa en un jardín abandonado
Quietud extraña de una siembra sin semilla
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